Después de casi 10 meses de una
exhaustiva búsqueda de espacios, e inquietante espera de la maleta “encerrada”
en mi recamara, al fin se pudo llevar a cabo la segunda parte del proyecto
“Mientras quepa en la maleta” este pasado 10 de Julio.
La exposición se presentó en Mutuo Centro de Arte, en Barcelona España, un centro cultural abierto a todo tipo de
expresiones artísticas que en pocos meses ha logrado situarse entre los
espacios con más movimiento y afluencia de Barcelona.
La maleta
que viajo por México hace 1 año fue llenada con obra de diferentes artistas
visuales mexicanos de los que había tenido la oportunidad de ver su obra
anteriormente, algunos de ellos los conocía personalmente y a otros solo sus
piezas. Nos juntamos en una cafetería al centro de Monterrey en el mes de
Septiembre para reunir cada una de las
piezas, conversar acerca de la obra y de
la exposición por venir.
Regrese a Barcelona ese mismo mes con
la ilusión de llevar a cabo la presentación lo más pronto posible, sin embargo,
esto resulto bastante complicado, ya que los espacios y las instituciones en
España se muestran de un modo incluso más burocrático que en México. El
proyecto fue presentado a muchos sitios a finales del 2011 y principios del
2012, todos ellos renuentes a la ausencia de artistas “internacionales”
(provenientes de otras partes del mundo) o europeos, cosa que por primera vez
pude notar como límite y lo cual confirmaba mi intención de querer mostrar a
aquellos artistas que aun no se habían presentado por España u otros lugares de
Europa.
La idea de que normalmente nos
encontramos con exposiciones de “amigos”, conocidos, o artistas ya muy
establecidos, se fortaleció, pues muchas veces se nos da la obra ya “masticada”
por la plática con el creador, o bien porque en algún sitio leímos o nos
contaron sobre ella, y esta es una premisa que se repite constantemente en las
galerías y museos, el conocimiento previo de la obra, o bien, la sugestión de
lo que esta “significa”.
Conforme avanzaba el proceso de la expo iba aclarando esa necesidad de “sorpresa” o de “frescor” que es inquietante como espectador, la ausencia de obra ajena o proveniente de otro sitio es frecuente en el arte contemporáneo joven aun en nuestros días que están llenos de accesibilidad e información.
Conforme avanzaba el proceso de la expo iba aclarando esa necesidad de “sorpresa” o de “frescor” que es inquietante como espectador, la ausencia de obra ajena o proveniente de otro sitio es frecuente en el arte contemporáneo joven aun en nuestros días que están llenos de accesibilidad e información.
La maleta había viajado casi 10 mil
kilómetros no solo con objetos dentro sino con un contenido cultural implícito
también, bastaba ver la obra de Marcela Quiroga “Kit de Gasolina…”,
perteneciente al proyecto "Cual realidad" y que nos habla de la
manera en que se trafica entre las fronteras de México, ya sea hacia EUA o
Guatemala, situación clave en la situación actual política y social de nuestro
país, esto nos dice que mas allá de presenciar un objeto artístico es un
elemento parlante de los hechos y entes culturales de aquel sitio tan
lejano al que se presentaba.
La exposición estuvo rodeada de una considerable
cantidad de espectadores mexicanos (podría decirse casi la mitad de éstos lo
eran), y es que poseemos una capacidad de “oler” aquello que da muestra de
nuestras raíces cuando estamos lejos, muchos de ellos a pesar de ser mexicanos
no conocían la obra, otros más si, extranjeros que la visitaban me mencionaban
constantemente lo “divertido” de la obra de Pay de Menta, o de Adriana
Chavarría. Otros con más curiosidad me preguntaban de una a una quien era el
autor, y muchas veces sobre el contenido de la obra.
Una foto del cerro de la silla insertado en Nueva York entre la pieza de
Monce Carrión, un video en la ciudad de Querétaro con un montón de palabras
“mexicanizadas” y un hombre como símbolo en forma de cursor de ordenador
del colectivo BENERVA, el libro objeto cuestionando la realidad de Paola
Marmolejo, que no puede ser más que la realidad personalizada en las calles de
Monterrey, direcciones y sitios que yo, como originaria de ese sitio, podía
imaginar pero que el otro solo podría suponer que tipo de lugar era sin tener
idea del terror de esta ciudad.
Más allá de la muestra o exhibición,
más allá del proyecto de “Mientras quepa en la maleta” esto se ha
convertido para mí un cumulo de cuestionamientos respecto a la obra y la
producción contemporánea artística. Observar la obra aquí a tantos kilómetros y
haberla observado allá, en los mismos y más, hoy se me convierten en un proyecto
de investigación más que de muestras o respuestas.
Hoy plantada después de un año ante la
maleta con la exposición recogida en ese contenedor me pregunto sí: ¿Es la obra de arte un
ente universal, o bien, local?, ¿la producción artística actual logra emitir un
mensaje globalizado o de cultura especifica?, ¿cómo se descontextualiza éste si
es llevada fuera de su origen y es percibida por un lector completamente
ajeno?, ¿puede el espacio geográfico y físico darle un sentido completamente
ajeno a la obra de arte?, ¿cómo es leído esto por el espectador?.
Estos
cuestionamientos surgen por y gracias al choque de obras, al intercambio de
culturas, a las paralelas y entrecruzadas posturas de los artistas, ya fueran de
otros sitios o mexicanos, que en sus dos versiones me han permitieron no solo
transportar cada una de sus piezas sino analizarlas y re-pensarlas para hacer
de ese contenedor un contenido de preguntas que hoy vuelve a mi “recamara”.
Agradecimientos Especiales al Consulado de México en Barcelona, Jorge Luna, Cecilia Cabañas, Male Chahín
No hay comentarios:
Publicar un comentario